Cristina Iglesia nació en 1956 en San Sebastián. Al principio estudió Química, pero al terminar se metió en el estudio de la escultura. Practico cerámica y dibujo y estudió en la Chelsea School of Art de Londres, provocando que sus obras tengan gran influencia británica a pesar de su origen hispánico. Ha sido galardonada con muchos premios a lo largo de su carrera y presentado muchas obras en diversas ferias y ediciones artísticas (Cristina Iglesia, 2015).
En la creación de sus obras, Cristina ha empleado una gran diversidad de estructuras: muros, bóvedas, arcos, pilares, elementos vegetales, enredaderas, etc. También ha empleado diferentes elementos como la arena, el hierro, el cemento, la resina, el vidrio...Esto provoca que sus instalaciones sean a la vez sofisticadas y primitivas, vaya de un extremo a otro y conviven en armonía. En sus inicios las esculturas-instalaciones tenían un tamaño menor, pero con el paso de tiempo Cristina fue agrandando la dimensión de sus obras, provocando que estas en mayor armonía con el espacio donde se desarrollan. Una gran importancia de las instalaciones de esta artistas es crear una reflexión perceptual, crear ópticas. Las obras que mejor visualizan este efecto son las instalaciones en las que emplea vidrio coloreado, resina y alabastro, por ejemplo, dentro de este grupo se encuentra Sin título de 1989, la cual consta de una cúpula de alabastro blanquecino y nervaduras de hierro que se colocaba en el muro del centro de exposición. La luz que incidía en la cupulilla creaba diversas obras dependiendo de la hora del día. (Sánchez Argilés, 2009)
Cristina Iglesia ha trabajado y trabaja a lo largo de su vida varios grupos de obras que se clasifican a grandes rasgos en: celosías, espacios vegetales, esculturas suspendidas y esculturas de agua.
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