Se produce una situación parecida a lo que ocurre con la pintura, donde existen las estructuras comunes y el distanciamiento en su evolución. El antecedente más claro la encontramos en el manifiesto a la escultura futurista, en la que se busca la escultura ambiente.
Hay una estrecha relación entre la
instalación y la escultura es la variación de la escala. Se utilizan tamaños
monumentales y miniaturas dependiendo del artista. Los elementos provocan el
abandono de la sala de arte, expandiendo la dimensión artística a diferentes
ámbitos. La escultura deja de ser un objeto erguido para proyectarse por el
paisaje.
Las grandes escalas que utiliza el Land Art son tan grandes que no se pueden erguir. Es necesaria una
reconstrucción de la obra gracias a una imagen mental aplicando un concepto de
totalidad.
Los dos aspectos más significativos
que unen la escultura con la instalación son: el desbordamiento del contorno y
el manejo flexible de la escala. Esto permite más independencia de otras
disciplinas artísticas a las que la escultura ha estado asociada
tradicionalmente y a la ampliación de su definición dando lugar a expresiones
como instalación y el Land Art.
(Díaz-Obregón, 2003)
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