Juan Muñoz nació en 1953 en Madrid y murió en 2001 en Ibiza. Este autor empezó su carrera profesional durante la década de los setenta, pero no empezó a tener mayor prestigio hasta los ochenta, cuando empezó a ensayar otra vía de representación de las instalaciones. Empezó a investigar estas nuevas vías gracias a sus múltiples viajes y a conocer diversos autores de renombre de la época, los cuales querían ir más allá de la escultura. Gracias a estos artistas se cambió la forma de representar la figura humana y la “función narrativa”, creando lugares más reales para la interacción con el espectador. Estas líneas de investigación llegaron a su apogeo en la década de los noventa con la escenografía teatral o el tableu vivant, corriente en la que participa Juan Muñoz, el cual quería ir más allá de crear espacios tridimensionales para el espectador y prefiere representar cuadros abiertos en el espacio que ignoran al visitante, como si fuera una obra de teatro y las esculturas los actores. El visitante al no poder sentirse dentro de la obra se siente extraño ante ella.
Otro aspecto también muy característico en sus obras es los suelos geométricos que envuelven sus obras, en el cual pinta o coloca baldosas con formas geométricas, provocando una situación de vértigo e inestabilidad tanto en la figura artística que coloca como en el espectador que la observa. Las figuras que suelen acompañar a sus instalaciones son representaciones de ventrílocuos, bailarinas, apuntadores, enanos o muñecos, creados sin ninguna rasgo característico y colocados en una parte de la sala donde el artista representa sus instalaciones dando lugar a ese alejamiento comentado anteriormente. Un ejemplo de esto es The Wasteland (1987), una obra realizada en una sala de grandes proporciones y en una de las paredes de esta se encuentra sentado un ventrílocuo que observa al espectador sin moverse y sin tocar el suelo, alejándose de esa manera del desequilibrio que provoca el propio suelo, el espectador al sentirse observado no es capaz de mirar la obra como si de un cuadro se tratara y se siente incómodo.
(Sánchez Argilés, 2009)
The Wasteland (1987)
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