El autor Kabakov hace una comparación de la pintura y la instalación como madre e hija porque sus cualidades son muy afines que incluso pronostica una fusión de las dos expresiones en un medio común. En la instalación destacan los mismos medios perceptivos que en la pintura. Primero actúa una visión previa del espacio y luego un cambio continúo de detalles. Por otra parte se relaciona la pintura con los objetos que conforman la instalación.
Otro aspecto que relaciona la
instalación y el performance es la pintura de acción. Poco a poco se empiezan a
contemplar los aspectos procesuales y causales de las obras artísticas. También
se produce la separación psicológica con la pintura creada por la brocha. Se
abandona la pintura para pasar a la creación de assemblages realizados con
objetos cotidianos. La aparición de objetos provoca una oposición defendiendo
este concepto (collage-acción) teatral basado en la pintura. Se comienza a
introducir los elementos sensitivos y de participación del happening y la
instalación.
La instalación y la pintura tienen
un origen ligado al espacio arquitectónico, donde se manejan la organización
espacial y la estructura de presentación de la realidad. La instalación nace
gracias a la actitud de pintores que realizan un trabajo para el arte
contemporáneo, comenzando con la invasión del plano del espectador y la
inclusión en la obra artística. Se continuó interesándose en la creación del
arte dando lugar al trabajo insitu y al Project art finalizando con el nacimiento
del assemblage, el performance y la instalación.
(Díaz-Obregón, 2003)
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